26.4.18

Teléfono para los supersticiosos

Me choca la gente que cree que por hablar de algo eso va a suceder. El famoso y tan temido llamar a la desgracia. Pero la verdad es que la desgracia está a la vuelta de la esquina, y siempre sucede por algo. Las cosas chotas pasan, es inevitable, y no debería estar tan mal visto hablar de ellas, o hablar de cómo sería si ellas sucedieran, y muchos menos hacer chistes. Si sucedieran cosas solo por pensarlas o decirlas yo sería millonaria, flaca y sin mambitos en la cabeza.
No me refiero necesariamente a cosas heavy metal tipo cancer. Digo más bien boludeces como lo que me pasó el otro día.
Domingo a la noche, llovía. Cenamos con los primos y tíos de mi novio. Estábamos con el auto nueviiito nuevito, todavía me daba cosita manejarlo pero como él había estado tomando birra tomé las riendas del asunto. Awantiaaa.
La cosa es que llovía y yo quería dejar el auto en la calle para no mojarme. Más precisamente en la mismísima puerta de casa, porque para eso están los autos: para pura comodidad. Él quería dejarlo en la cochera que estamos alquilando, más conocida como la cueva del infierno con mil columnas. No saben lo que es estacionar en ese lugar. Depende a quien le preguntes. Para mí estacionar ahí es una tortura. Es peor que tener muchas ganas de cagar apenas te pintaste las uñas. Si le preguntas a él, es medio chica, si, pero como voy a dejar un auto nuevo en la calle. PATRAÑAS.
No logré convencerlo de dejarlo en la puerta de casa así que fui a la cochera.
Déjenme hacerles una pequeña descripción de la cueva así se la pueden imaginar.
Queda sobre una avenida transitada, pasan bondis y siempre hay autos. Y tiene un ancho de mierda, para un auto es grande, pero para dos autos a mi medio que se me frunce. Y entrar a una cochera sobre una calle transitada podría ser más fácil si el ancho del portón fuera aunque sea un poquito más grande que el ancho exacto del auto. Y es rampa para abajo. Tiene dos pisos. El primero ya lo dimos de baja porque el auto no pasa entre las columnas literalmente. Y en el piso de abajo es todo medio un descontrol, y la gente tira el auto donde puede. La otra vez lo habíamos dejado en un lugar cómodo para salir, y no de los más angostos, re bien. Resulta que había una tremenda SW4 adelante. O sea, era una pared al costado de la rampa. Los autos (5) a 90° de la pared, y la camioneta paralela a la pared. O sea, literalmente atrapados. Decí que a mi novio se le ocurrió ver si no estaba el freno de mano puesto y la movió, dejándola que estorbe a los otros 3 autos. Malisimo.
Bueno, volviendo al tema que nos trajo por aquí. Bajé hasta el segundo piso, ya llena de ideas horribles sobre esa cueva y todo lo que podía pasar en esta odisea de buscar lugar una noche de lluvia. Lógicamente no había lugares cómodos. Lógicamente la SW4 estaba a 90° tapando a todos. Maniobré y chivé media hora solo para lograr volver a subir. Y después maniobré y chivé media hora intentando seguir las indicaciones de mi novio para meterlo en un minilugar del primer piso, pero desistí. Pelea mediante me fui de nuevo a casa a querer dejarlo en la puerta. De nuevo la pelea boluda de ver quien la tiene más larga y decide donde dejar el auto. No había lugar y mi novio se quiso ir a intentar estacionarlo él en la cochera. Todo a los gritos y abajo de la lluvia, obvio. Porque si va a haber drama tiene que parecer de Pol-ka. Yo ya estaba encaprichada y me quedé en casa. Los 15 minutos que tardó en volver a casa solo pude pensar en que era obvio que lo iba a chocar. Que hace re poco que tenemos el auto y todavía no estamos cancheros con lo grande que es. Que estábamos acostumbrados a la alarmita del sensor de estacionamiento del auto anterior y este no lo tiene. Que el único lugar disponible era muy muy pequeño e incómodo. Que además ya se había ido histérico peleando. Y efectivamente sucedió. Pero saben de quién es la culpa, no? Mía, pues claro, porque  yo llamé a la putísima desgracia. Wow, cuanto poder tengo!

21.4.18

Sobrevivir y/o convivir

No puedo dejar de pensar en lo terrible que debe haber sido vivir en la época que se acostumbraba irte de la casa de tus padres cuando te mudabas con tu recientemente nuevo marido.
De pibe tus viejos te obligan a hacer cosas horribles como ordenar tu ropa y hacer la tarea (si tuviste papás flojitos que te trataban como una reina por la culpa que les daba haberse divorciado). En algunos casos hemos compartido habitación con cierta gente con costumbres horrendas como ver fútbol a toda hora y no hacer ni el más mínimo esfuerzo por controlar esfínteres (llamados hermanos). Tus padres se enteran a qué hora salís, con que ropa, con quien, a qué hora volves, en que estado volves, que comes, cuando cagas, cuanto gastas en ropa, absolutamente todo. No te dejan ser un estúpido adolescente en paz haciendo una boludez atrás de otra. Y si saliendo de eso te metes a convivir con oootra persona, con sus propias costumbres y todo eso, es como que en ningún momento pudiste ser vos en tu casa, con tus reglas, tus horarios, tus programas en la tele, tus platos sucios, tu ropa tirada y tu heladera vacía.
No quiero decir que en pareja no podes ser vos mismo, sino que siempre que algo es compartido, es consensuado. Y para mi CEDER, ACEPTAR y TOLERAR son sinónimos de TREMENDO GRANO EN EL ORTO.
Tenes que lidiar con gustos diferentes que van desde si comer los fideos al dente o pasados, hasta levantarse apenas suena el despertador o snoozearlo durante 1 hora. Tenes que organizar la división de tareas, y no te queda otra que aceptar si el otro lava la ropa roja con la blanca (posteriormente rosa), o simplemente hacer todo vos si sos obse de que las cosas sean como a vos te gustan. El ejemplo de la ropa ya se que no aplica porque está totalmente mal desteñir la ropa, pero no se me ocurrió otro.
Y no es que yo sea de esas obse, ejm ejem, pero el queso se corta con el cortaqueso, querido, largá ese cuchillo de cortar kiwis y agarrá el utensilio correcto por favor.
En mi caso creo que somos bastante parecidos en lo obse/caprichoso, y nos encontramos peleando por pavadas tales como cuántos watts tiene que tener la lamparita del living o en qué número tiene que estar la tostadora para hacer la tostada perfecta. Superé la tabla levantada, pero JAMAS voy a superar que el jabón esté lleno de pelos. Es el limite más lejos de aceptación y tolerancia que puedo permitirme.
Tengo una pareja amiga que estuvo al borde de la separación justamente por este temita. Ah, re exagerada. Resulta que ella le pedía que le saque los pelos al jabón. Él parecía no verlos (o en idioma minita "se caga en mi, es un forro de mierda"). Ella compró dos jabones, para que cada uno use el suyo. Aplauso para esa ideota. Pero él dejó llenos de pelos los dos malditos jabones. Eso, es una batalla perdida, querida amiga. Te sugeriría que la dejes ir y te enfoques en ganar la batalla de mantener la puerta del placard cerrada. Que carece totalmente de sentido, pero te tengo que bancar porque yo estoy en la lucha de usar únicamente el cortaqueso para cortar queso, que es otra boludez.
Tengo otra pareja de amigos que no pelearon por esto porque ella es realmente muy relajada, pero yo no lo supero. Resulta que él pierde un juego de llaves cada 10 días. Y no exagero. Y una vez volvió a las 4 de la mañana sin llaves y el timbre no andaba y no tenía batería en el celu para llamarla, entonces le tiró piedras en la ventana hasta que se despertó. Sabes el cagazo que me puedo llegar a pegar si estoy durmiendo placenteramente con mi bebé y me apedrean la ventana a las 4 am? Suficiente para no bajarte a abrir y dejarte durmiendo en el auto. Admiro profundamente a la mujer que toleró eso y acepta que su marido pierda tanto las llaves. Yo no puedo ni aceptar que no tenga cargada la sube y use la mía.
Cuando empezas a conocer a alguien y viven separados mantienen cierto misterio (y dignidad) por esas cosas de la vida cotidiana que aún no sabes como maneja el otro. Me quise hacer la fina y misteriosa pero estoy hablando específicamente de caca. Viviendo separados todo es privacidad. Viviendo juntos podes cronometrar cada cuánto se tira un pedo y sugerirle que vea a un médico porque ese olor no es normal. Y él se entera inevitablemente de cuántos días llevas constipada, y de la sinfónica cagadera de fernet que tenes el domingo a la mañana. Y así, entre pedos y gotas de pis al rededor del inodoro, se va perdiendo toooodo el erotismo. Y realmente es un trabajo de tiempo completo aprender a convivir. Debería ser remunerado específicamente por los padres que criaron hijas caprichosas y mambeadas. No quiero entrar en un terreno pantanoso, pero los padres tendrían que prepararte mentalmente para todo esto de alguna manera. No se, un cuadro de doble entrada, una pancarta en la puerta, un meme, ALGO. Yo creía que convivir era divino (y más barato que bancar dos casas para dormir juntos todas las noches), pero me es realmente difícil.
Al tener padres separados siempre tuve dos casas. Lo cual era una hermosa salida fácil cuando no me bancaba algo en alguna de ellas. Ahora no tengo escapatoria. Tengo que aprender a amoldarme a los tiempos del otro, despertarme de noche para intentar recuperar algo de acolchado y bajar el aire, ver series de tiros y piñas y sangre y atracos, compartir el amor de mis gatos (celos nivel mil), bajar el volumen de la música cada 30 segundos, mover a su lado de la cama los toallones mojados hechos un bollo que casualmente siempre deja de mi lado de la cama, e ir a terapia para intentar no asesinar a nadie mientras trato de aprendo a ceder, aceptar y tolerar.

PD: se me ocurrió el ejemplo que faltaba arriba. Aceptar si el otro pone a lavar sus medias hechas un bollito una adentro de otra. No se les va el olor a pata así, papu.


14.4.18

spoiler alert: la adultez es una trampa

Me siento totalmente estafada. Tengo 30, y nada se está poniendo mejor. Lo único que mejora con el tiempo es el vino. Y el compost. Y mi mamá 😝.
No se porqué cuando era chica siempre decía que quería tener 30. Supongo que disfruté la niñez (no tengo idea, la cerveza borró todos mis recuerdos), pero no veía la hora de ser grande. Quizás porque los adultos solemos decirle a los niños que ya van a entender cuando sean grandes, que van a poder hacer lo que quieran (en mi caso tatuajes, aritos, colores de pelo no convencionales y fumar). Y no se, me manijearon a full. Hace 30 años que espero tener 30 para que mis caprichos ya no sean caprichos sino mi propia forma de vida. Y me gusta, no es que no. Pero tiene unas letras chicas que nadie reveló:

  • Ya no podes comer y beber sin que eso repercuta TERRIBLEMENTE en tu papada, culo, panza, brazos, cutis, y partes del cuerpo que si quiera sabías que engordaban tanto. Si queres bajar 2 kilos tenes que comer lechuga 3 semanas, si queres engordar 2 kilos solo tenes que probar una cucharada de helado de Rapanui.
  • Cualquier enfermedad/dolor te deja re tirado el doble de tiempo que a los veinti. El ibuprofeno 200 es para flojitos, mandate 600 si pretendes salir de la cama.
  • Es realmente muy difícil acordarse (y tener plata? pfff) de pagar toooodo en tiempo y forma. Un besito para pagomiscuentas que le saca el 50% de la paja al asunto.
  • Mantener la heladera y alacena llena, o al menos con lo que queres/necesitas. Hay que stockearse de cosas que hace unos años no sabía que existían. Chau ropita nueva, hola artículos de limpieza.
  • Tenes que entender de todo, aunque sea un poquito. Impuestos, electricidad, cocina, nutrición, especular con el dolar, marcas convenientes de artículos de limpieza, auto. Y no entremos en el tenebrosamente difícil mundo de los hijos.
  • Convivir. Está en el top 3 de las cosas más complicadas que me tocó vivir. Pero será otro capítulo, porque hay mucha tela por cortar.
Siento que a medida que pasan las etapas de la vida, todo se pone más difícil, doloroso, caro y rutinario. Y no decido si lamentarme por la juventud que ya no tengo, quejarme de ser adulta, o asustarme por todo lo que aún me falta.




24.9.15

Reflexiones de gente con tiempo libre

  • Porqué será que hacen puchos con sabor a menta, a clavo de olor, a cherry, a canela, etc, etc y no hacen con sabores salados? Yo me re fumaría un pucho con sabor a mila con fritas después de cada ensalada, por ejemplo. Y es obvio que todas las anorexicas se re prenderían. Y si seguimos diciendo que Luciana Salazar es un modelo de belleza, cada vez van a ser más. Yo no porque ya decidí que de tener un desorden alimenticio, elegiría la bulimia. Al menos las pibas comen. Mastican, tragan, que se yo... Tiene un poco más de sentido. Por ejemplo, en lo que va de estos 6 renglones, ya comí pistachos y tomé sopa, jamás podría elegir la anorexia. Igual por el momento creo que con los otros desordenes en el bocho que tengo es más que suficiente. Cuestión que: para cuando un Marlboro Bacon?
  • Me pregunto si la gente que compra el papel higiénico de los perritos, realmente disfruta de pasarse eso por el culo, porque yo no. Se desarma en los dedos prácticamente. Se hace rollito, y sentís que te estás pasando literalmente el dedo por el orto. Díganme tacaña, pero yo compro el más barato que encuentro. No necesito fregarme un papel con dibujito de cachorritos de labrador con olor a Poet caricia de bebé. Primero: jamás me limpiaria el orto con un cachorro de labrador. Y segundo, la única función de ese papel, es limpiar caca. No es necesario que sea más caro que el queso brie. Y no me vengan con que el Campanita es una lija, o que El Coloso es más áspero que la lengua de un gato. Es muy de aburguesado.
  • Inventé dos palabras: Duplidir: dividir por dos. En la antiguedad, teníamos que usar tres palabras, 5 sílabas, 15 caracteres. Hoy decimos duplidir. Y Chisdad: una verdad en tono de chiste. Ideal para explicar en qué todo tu suegra te dijo que las rayas horizontales no te favorecen. De nada, chicos.
En resumen, una gorda rata que no tiene un carajo que hacer, besis.

2.9.15

DAME LAS DROGAS, LISA

Lunes feriado. Y encima nublado. Es de esos días que no te queda otra que hacer esas cosas horribles que nunca haces como descongelar la heladera.
Descongelar la heladera no es un plan que esté por encima de otro plan NUNCA. No existe el "che, vamos al cine?", "uuh, sabes que no puedo... tengo que descongelarla heladera". Solo se puede usar de excusa para no ir a almorzar un domingo a la casa de tu abuela. Pero un lunes feriado y nublado no tengo absolutamente nada que hacer. Igual, si me conocen saben que descongelar la heladera no es una opción para mí. Pero lavé ropa, que es otra actividad odiosa. Como todas las actividades de ama de casa. Lamentablemente viviendo sola no tengo demasiadas opciones. O me compro 7 bombachas por semana, o lavo. Aburrirse es lo menos. Tenes que ponerte a pensar en todos esos "planes" que dejas para un día que estés muy al pedo. Con mucha suerte y viento a favor, encontras a alguien que está en la misma que vos, y al menos pueden aburrirse juntos. Pero la mayoría de las veces, al menos en mi caso, termino en la cama pensando pelotudeces. Por ejemplo, si las partes del cuerpo hablaran, que dirían de nosotros? Porque nosotros nos la pasamos hablando de las tetas de tal, o del orto de cual. Me imagino conversaciones entre tetas "no me banco a esas, son re falsas".
De pronto me doy cuenta que hace una hora estoy pensando eso, y que en ese tiempo podría haber pensado o hecho cosas más productivas, como descongelar la heladera. Por suerte la heladera no está tan congelada, y parece que vos estás más al pedo que yo, que hace 5 minutos estas leyendo esta sarta de giladas.
Es para estos días que acumulo cosas que "algún día me pueden servir", pensando en manualidades. Por ejemplo, tengo una bolsa con retazos de telas. Pero cada tanto me agarra algo como bronca, o vergüenza, o solo ganas de ver mi casa y que no parezca un aguantadero, y tiro y regalo de todo. Y encima me re entretengo. Hace como dos semanas estaba muy aburrida un domingo y quise buscar en mi cajita de medicamentos algo para el dolor de.. bueno.. resaca, y cuando la abrí noté que la cajita no cerraba de lo llena. Me acordé de mi amiga la que me pegó la manía de tirar todas las cajas y guardar solo los blisters, le mandamos un besito. Empecé a mirar y había como 8 de esos blisters que eran o cafiaspirina o bayaspirina (tal vez quise economizar comprando cajas enormes, o tal vez en algún momento me dolió muchísimo la cabeza y no me acuerdo) con solo una pastilla y 9 burbujitas vacías. Entonces qué hice, se preguntarán. Muy hábilmente, sentada en el piso de baño, agarré la tijera que tengo siempre a mano para emparejar el flequillo y me tomé el trabajo de cortar todos los excedentes de blister vacíos. Mientras hacía esto empecé a ver que muchos obviamente no sabía que carajo eran, y muchos estaban vencidos con ganas, tipo 2012. Entonces a la mitad de la tarea me pareció mejor llevar la limpieza a un segundo nivel y hacer dos grupos: "conocido y vigente" por un lado, y "algún día me puede servir así que no lo tiro ni en pedo" por otro. Ya se, se están preguntando para qué carajo me podría servir: para nada, soy acumuladora y me aferro a TODO lo material. Recién tiré el ticket de un anillo que me compré en mayo que guardaba de recuerdo. Esto es hashtag real--> #real. En fin, volviendo al tema, puse en su lugar la cajita de los medicamentos sin excedente de blisters, ni drogas caducas. Tiré en el tachito todos esos pedazos de blister recortado, jarabes (dos) para la tos vencidos y gasas sueltas con una higiene similar a la del caño de un 33 en hora pico. Quedamos en el piso los medicamentos vencidos alias la pila de "algún día me puede servir", yo, y 3 pares de zapas que ya prácticamente conviven entre el inodoro y el bidet. Y los dos gatos mirando fijo, obvio. Los miré, me miraron. A las pastillas, no a los gatos. Pensé como 5 minutos para que carajo las podía querer. Descarté hacer un collage. Descarté ver si servían para intoxicar a alguien. Descarté empezar a juntar pastillitas en un frasquito de adorno. Listo, se me terminaron las ideas y decidí tirarlas. Perdoooooon, siento mucho si llegaste hasta acá pensando que iba a pasar algo interesante. Me entretuve un ratito sacandoles fotos y las tiré al inodoro. Besito.

12.7.15

Feliz domingo para todos

Domingo 18:52, llueve. Con esto hubiera sido suficiente para deprimirme, pero además estoy trabajando mientras escucho funcionar el lavarropas. Y me siento terriblemente bien. Tal vez porque mientras trabajo, veo Tiempo de valientes, le hago mimos al gato, tomo un capuccino sabor mousse de chocolate y avellanas, y pienso que cocinar para la cena. O tal vez porque hasta ayer mi lavarropas no funcionaba. Y cuando vivís sola y acabas de tarjetear en 4 cuotas un choque del auto, y en 3 meses te vas de viaje, lo último que querés es que te rompan el orto con un arreglo doméstico, y mucho menos quedarte sin lavarropas. Y volví a tenerlo por la módica suma de 1 vinito que le dí en agradecimiento al vecino de mi vieja que, a pesar de ser su laburo, no me quiso cobrar por arreglarlo. O tal vez porque estoy valorando mucho el hecho de no tener la resaca horrenda que tuve ayer. O tal vez son los antidepresivos. Chiste, no tomo eso. Los domingos.
Y este domingo, con lluvia, lavarropas, trabajo y todo, es de los mejorcitos. Hace unos meses, en otro capítulo de "Conocer gente en apps: why not?" tuve un domingo mucho más deprimente.
Se vencía la orden que me había dado la médica clínica para hacerme análisis. Si o si tenía que estar el lunes a las 8 en Esmeralda y Diagonal Norte. La idea de este control, era ver si me habían bajado los niveles de colesterol y trigliceridos, que después de un verano a pura birra y picada, me dejaron más cerca de Cuestión de Peso, que de un jean de Wanama. Así que los últimos meses prácticamente no bebí, y comí más sano. Todo esto viene a que me pareció que no daba para escabiar mucho la noche anterior, y eso fue lo primero que pensé cuando un pibe con el que había estado chateando me dijo de salir a cenar. Conocer a alguien por primera vez sin beber, es un fracaso asegurado, pero le dije que sí.
Buscando lugar para estacionar, pasé un par de veces por la esquina donde nos íbamos a encontrar y lo vi parado contra un árbol. Podría describir los 50 detalles que hicieron que ya en ese momento no me guste para nada, pero se está quedando sin pilas el teclado, y ya me pone nerviosa escribir y corregir.
Estaba en el baile, tenía que bailar. Eeeeeesa jaja. Una vez sentados, decidí que no podía con eso sin una birra. Pedí una ensalada, que no terminé porque el pibe comió tres bocados y se llenó, y comer sola es un embole. Además se había terminado la birra, y ya no sabía como pilotear el embole que me estaba pegando, y no quería otra. Me tenía que ir urgente. Miraba el reloj, y pensaba que cada minuto ahí, era un minuto menos en mi cama jugando al Candy Crush. Ya no juego, pero a ese nivel de aburrimiento me parecía un planazo. Esperé hasta que la cita cumplió su hora y media entre conversaciones sobre autos y el clima. En un momento me encontré chateando con una amiga en silencio, y el pibe callado con cara de nada. Decidí que tenía que usar el llamado de emergencia, que siempre se planea en joda pero jamás había usado. Me moría de risa de solo pensar que tenía que pedirle a alguien que me llame, actuar una conversación, e inventar una excusa más creíble que "Se le murió el hamster, tengo que irme". Así que utilicé la tecnología a mi favor: dije que justo me había llegado un audio de mi vieja, y me puse el teléfono en la oreja, tapandome la otra y poniendo cara de que no entiendo nada. No sabía que excusa iba a poner, me pareció divertido improvisar. A los pocos segundos, me saqué el teléfono, y con el ceño fruncido dije lo primero que se me vino a la cabeza: "Mi abuelo tuvo un ACV. Vive en Monte Grande. Mi vieja está yendo con él en una ambulancia a una clínica en Avellaneda. Van a demorar un poco, pero me tengo que ir. Qué agarro desde aca? Me conviene Av. Corrientes hasta el obelisco, no? O habrá mucho tráfico? Capaz debería ir por adentro. Uf, jaj no puedo creer que mi abuelo tuvo un ACV ja.. jaja.. jjjj... JAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJ jjaja fiuuu, bueno. Ahí está la moza. Disculpame, me traes la cuenta por favor? Che, estaba rica la ensalada. Bueno, vamos?" Y recién respiré cuando llegué a casa y me di cuenta que no me había seguido hasta ahí para desenmascararme y hacerme sentir un sorete por usar a mi abuelo muerto para escaparme de una cita.
Así que este domingo de lluvia, lavarropas y trabajo, es tan bueno que me senté a escribir sobre él.

19.5.15

TETAS. Ahora que tengo su atención, este post se trata de tetas

Está re de moda ser mujer y quejarse de los hombres que te gritan cosas en la calle, los que te apoyan en el bondi, y los que te cosifican. A mí tampoco me gusta, pero no me pasa mucho. Será que la papada ya me está afectando audición, y que los que me rozan en el bondi es porque es físicamente imposible esquivar mi culo. Así de sexy y todo, no tengo levante en la vía pública, pueden creer?
De hecho yo soy la que suele acosar hombres. Solo que ellos no se enteran. Por ejemplo, una vez nos fuimos de vacaciones a un complejo de cabañas en Uruguay con mi familia. Yo iba a la primaria, re pequeña. Y me gustó un chico (no flashé amor, nos gustamos mutuamente aunque ninguno se lo haya dicho al otro ni haya pasado nada) que era de Olivos y tenía mi misma edad. Cuando volvimos fuimos amigos telefónicos por un tiempo, y una vez nos vimos dos segundos en una heladería en Vicente Lopez, y eso fue todo. Ja, eso es lo que el cree, iluso. Yo tenía fotos suyas página por medio en mi agenda Pascualina, y un cartel con su nombre en la cabecera de la cama. No se bien como suena esto del cartel, pero era terrible: SERGIO. Letras góticas, hecho a mano con marcador azul, cada letra en una hoja cuadriculada. Muy miedo.
Otra vez, también en la primaria, me gustaba un chico que se llamaba Nicolás (ahora lo tengo en Facebook, así que Nicolás, si estás leyendo esto, hola) y tenía un cuadernito donde anotaba todo lo que sabía de él: la pantente del auto de la mamá, el nombre y fecha de cumpleaños de la hermana, y demás cosas importantísimas. Lo más horroroso que llegué a hacer por Nicolás fue guardar un papel de Frutare de frutilla que comió en un recreo. Por último, como frutilla de la torta de la psicopatía amorosa, y para que vean hasta donde corrí el límite de lo aceptado, una vez salí 6 meses con un chico que se iba a vivir a Nueva Zelanda, y para no olvidarme todo lo que me gustaba, escribí (y fotocopié, vaya uno a saber para qué) El diario de Darío, donde escribía todo lo que hacíamos. La tapa era una foto de él con una tanga mía. Ahí me retiré, y me dediqué a ser normal. JAJAJAJ re que no lo cree nadie. Solo espero que esto nunca llegue a manos de mi psicóloga. JAJAJA re que no voy a terapia. 
Bueno, basta de pelotudez, todo esto venía a otra cosa. O sea, a otra pelotudez.
La otra vez estaba en un bar tomando una birra con un amigo. Uno de esos días en los que estás de buen humor y por eso sos más linda y emanas buena energía. Estábamos sentados en una mesita alta con dos banquetas, y al lado nuestro había una mesa de altura normal con 3 tipos. Uno de espaldas, camisa blanca arremangada, pantalón de vestir y zapatos negros bien brillantes en punta. Tenía gel, y fumaba Camel. O sea, nada más lejos de la clase de hombres que me atrae. Yo estaba en la mía, pero la mía siempre incluye mirar a mi al rededor y empecé a notar que el pibe se daba vuelta y me miraba. Los otros dos me miraban, pero era más natural porque me tenían en su rango de visión, o como poronga se diga. Como estaba de buen humor y me sentía linda, pensé que simplemente me miraba. Además, era la única mujer en el sector, y tal vez dije en voz un poco alta varias veces la palabra pija, o culo. Pero no, nada de eso. El pibe me miraba las tetas. Me miraba alevosamente las tetas. Se daba vuelta y fichaba bubis. Un rato después, cuando ya me había empezado a incomodar, le digo a mi amigo:
- Ay boludo, este goma no para de darse vuelta a mirarme las tetas, que onda?
Él bajó la mirada a mis pechos, y no pudo decir ni una palabra. Se empezó a reír a carcajadas, se tambaleó en la silla. Parecía como si hubiera pasado algo muy muy muy gracioso, pero no me imaginaba que hasta que TENIA UNA GOMA AFUERA. Cerrame la 15.

22.4.15

Que tu hija fume es perjudicial para la salud

Mi vicio empezó a la temprana edad de 8 años. En ese momento decidí que era el vicio que quería tener el resto de mi vida. La persona más cercana que fumaba, era la mujer de mi papá, y yo amaba los fines de semana cuando me dejaba manejar el encendedor para prenderle un pucho, de la misma manera que mi mamá odiaba los domingos a la noche cuando volvía llena de olor en el pelo y la ropa. Obviamente no me dejaban fumar, pero controlaba mi ansiedad sabiendo que tarde o temprano iba a poder decidir por mi misma. Y así, a los 13 años probé mi primer cigarrillo, acompañada por mi prima. Creo que para ese entonces la jermu de papá ya no fumaba (o lo hacía a escondidas, ejem, no soy tan boluda), pero teníamos un tío abuelo que fumaba muuuuuuuucho. Uno de los tantos almuerzos familiares de domingo en la casa de mis abuelos, con mi prima llegamos a la conclusión de que hacernos las que peleabamos en el balcón para llamar la atención de los vecinos había pasado de moda, y teníamos que redoblar la apuesta. Mientras una distraía a la familia mirando para un lado, la otra iba por abajo de la mesa, y robaba una colilla apagada del cenicero. Si si, lo que leyeron. Fumabamos los restos. Me acuerdo que era enero. No tiene nada que ver con nada ahora, pero ya va a tener sentido. La cuestión es que tuvimos nuestra primer experiencia con el tabaco con puchos usados.
En ese momento era una travesura de pendejas, pero a los pocos meses empecé el secundario, y ya estaba lista para comprar mis propios puchos como nena grande. Ese primer atado me salió $1,20. Phillip Morris común. Y ese primer atado, fue el que mi mamá encontró la primer noche que durmieron conmigo. Así de boluda soy. Obviamente me comí tremenda cagada a pedos. Pero no solo no dejé de fumar, sino que seguí haciendo idioteces como fumar encerrada en el baño con el extractor prendido creyendo que nadie se iba a dar cuenta. Otra cagada a pedos importante.
Así pasaron los años y los intentos de mis padres para que dejara ese horrible vicio. Olvidate, el tabaco y yo estábamos destinados a estar juntos. A los 18 años lo aceptaron, y empezaron a dejarme fumar en su presencia, pero solo en lugares públicos, o fechas especiales y no me miraban. "Si no te veo no está pasando".
Un día, dejé. Así como quien dice que no quiere volver a comer tomate, que también me pasó. Pero cuando me fui a vivir sola, dos años después, sentí la necesidad de fumar en mi casa, cosa que nunca me habían dejado hacer. Durante dos meses fumé mientras cocinaba, mientras cagaba, mientras miraba tele, mientras me depilaba los bigotes, todo el tiempo. Tanto, que me dio asco y volví a dejar.
Y una vez más, después de otro bache de dos años, me dieron ganas de fumar otra vez. Empecé a fumar mucho y comer muy poco, y un día sentía que tenía prendida fuego la garganta. Sí, de bajar de peso ni hablemos. La llamo a mi vieja para ver que podía tomar:
- qué hacés ma, todo bien? (con voz de dar lástima para que me traiga un remedio)
- si chu, qué pasó?
- nada, que creo que tengo acidez.
- QUUUUUUEEEEEE?????
- ay ma, eso, me quema la traquea, faringe, esófago o lo que mierda sea, qué hago?
- PERO ESOS SON LOS SÍNTOMAS??? CÓMO SABES???
- no, no se ma, por eso te llamo para que me digas que hacer, nunca tuve, y no se que tomar.
- MARIANA VOS ME ESTÁS CARGANDO QUE ME LLAMÁS ASÍ Y ME DECIS QUE TENES HIV???

Palmas para mamá.