14.4.18

spoiler alert: la adultez es una trampa

Me siento totalmente estafada. Tengo 30, y nada se está poniendo mejor. Lo único que mejora con el tiempo es el vino. Y el compost. Y mi mamá 😝.
No se porqué cuando era chica siempre decía que quería tener 30. Supongo que disfruté la niñez (no tengo idea, la cerveza borró todos mis recuerdos), pero no veía la hora de ser grande. Quizás porque los adultos solemos decirle a los niños que ya van a entender cuando sean grandes, que van a poder hacer lo que quieran (en mi caso tatuajes, aritos, colores de pelo no convencionales y fumar). Y no se, me manijearon a full. Hace 30 años que espero tener 30 para que mis caprichos ya no sean caprichos sino mi propia forma de vida. Y me gusta, no es que no. Pero tiene unas letras chicas que nadie reveló:

  • Ya no podes comer y beber sin que eso repercuta TERRIBLEMENTE en tu papada, culo, panza, brazos, cutis, y partes del cuerpo que si quiera sabías que engordaban tanto. Si queres bajar 2 kilos tenes que comer lechuga 3 semanas, si queres engordar 2 kilos solo tenes que probar una cucharada de helado de Rapanui.
  • Cualquier enfermedad/dolor te deja re tirado el doble de tiempo que a los veinti. El ibuprofeno 200 es para flojitos, mandate 600 si pretendes salir de la cama.
  • Es realmente muy difícil acordarse (y tener plata? pfff) de pagar toooodo en tiempo y forma. Un besito para pagomiscuentas que le saca el 50% de la paja al asunto.
  • Mantener la heladera y alacena llena, o al menos con lo que queres/necesitas. Hay que stockearse de cosas que hace unos años no sabía que existían. Chau ropita nueva, hola artículos de limpieza.
  • Tenes que entender de todo, aunque sea un poquito. Impuestos, electricidad, cocina, nutrición, especular con el dolar, marcas convenientes de artículos de limpieza, auto. Y no entremos en el tenebrosamente difícil mundo de los hijos.
  • Convivir. Está en el top 3 de las cosas más complicadas que me tocó vivir. Pero será otro capítulo, porque hay mucha tela por cortar.
Siento que a medida que pasan las etapas de la vida, todo se pone más difícil, doloroso, caro y rutinario. Y no decido si lamentarme por la juventud que ya no tengo, quejarme de ser adulta, o asustarme por todo lo que aún me falta.




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