26.4.18

Teléfono para los supersticiosos

Me choca la gente que cree que por hablar de algo eso va a suceder. El famoso y tan temido llamar a la desgracia. Pero la verdad es que la desgracia está a la vuelta de la esquina, y siempre sucede por algo. Las cosas chotas pasan, es inevitable, y no debería estar tan mal visto hablar de ellas, o hablar de cómo sería si ellas sucedieran, y muchos menos hacer chistes. Si sucedieran cosas solo por pensarlas o decirlas yo sería millonaria, flaca y sin mambitos en la cabeza.
No me refiero necesariamente a cosas heavy metal tipo cancer. Digo más bien boludeces como lo que me pasó el otro día.
Domingo a la noche, llovía. Cenamos con los primos y tíos de mi novio. Estábamos con el auto nueviiito nuevito, todavía me daba cosita manejarlo pero como él había estado tomando birra tomé las riendas del asunto. Awantiaaa.
La cosa es que llovía y yo quería dejar el auto en la calle para no mojarme. Más precisamente en la mismísima puerta de casa, porque para eso están los autos: para pura comodidad. Él quería dejarlo en la cochera que estamos alquilando, más conocida como la cueva del infierno con mil columnas. No saben lo que es estacionar en ese lugar. Depende a quien le preguntes. Para mí estacionar ahí es una tortura. Es peor que tener muchas ganas de cagar apenas te pintaste las uñas. Si le preguntas a él, es medio chica, si, pero como voy a dejar un auto nuevo en la calle. PATRAÑAS.
No logré convencerlo de dejarlo en la puerta de casa así que fui a la cochera.
Déjenme hacerles una pequeña descripción de la cueva así se la pueden imaginar.
Queda sobre una avenida transitada, pasan bondis y siempre hay autos. Y tiene un ancho de mierda, para un auto es grande, pero para dos autos a mi medio que se me frunce. Y entrar a una cochera sobre una calle transitada podría ser más fácil si el ancho del portón fuera aunque sea un poquito más grande que el ancho exacto del auto. Y es rampa para abajo. Tiene dos pisos. El primero ya lo dimos de baja porque el auto no pasa entre las columnas literalmente. Y en el piso de abajo es todo medio un descontrol, y la gente tira el auto donde puede. La otra vez lo habíamos dejado en un lugar cómodo para salir, y no de los más angostos, re bien. Resulta que había una tremenda SW4 adelante. O sea, era una pared al costado de la rampa. Los autos (5) a 90° de la pared, y la camioneta paralela a la pared. O sea, literalmente atrapados. Decí que a mi novio se le ocurrió ver si no estaba el freno de mano puesto y la movió, dejándola que estorbe a los otros 3 autos. Malisimo.
Bueno, volviendo al tema que nos trajo por aquí. Bajé hasta el segundo piso, ya llena de ideas horribles sobre esa cueva y todo lo que podía pasar en esta odisea de buscar lugar una noche de lluvia. Lógicamente no había lugares cómodos. Lógicamente la SW4 estaba a 90° tapando a todos. Maniobré y chivé media hora solo para lograr volver a subir. Y después maniobré y chivé media hora intentando seguir las indicaciones de mi novio para meterlo en un minilugar del primer piso, pero desistí. Pelea mediante me fui de nuevo a casa a querer dejarlo en la puerta. De nuevo la pelea boluda de ver quien la tiene más larga y decide donde dejar el auto. No había lugar y mi novio se quiso ir a intentar estacionarlo él en la cochera. Todo a los gritos y abajo de la lluvia, obvio. Porque si va a haber drama tiene que parecer de Pol-ka. Yo ya estaba encaprichada y me quedé en casa. Los 15 minutos que tardó en volver a casa solo pude pensar en que era obvio que lo iba a chocar. Que hace re poco que tenemos el auto y todavía no estamos cancheros con lo grande que es. Que estábamos acostumbrados a la alarmita del sensor de estacionamiento del auto anterior y este no lo tiene. Que el único lugar disponible era muy muy pequeño e incómodo. Que además ya se había ido histérico peleando. Y efectivamente sucedió. Pero saben de quién es la culpa, no? Mía, pues claro, porque  yo llamé a la putísima desgracia. Wow, cuanto poder tengo!

21.4.18

Sobrevivir y/o convivir

No puedo dejar de pensar en lo terrible que debe haber sido vivir en la época que se acostumbraba irte de la casa de tus padres cuando te mudabas con tu recientemente nuevo marido.
De pibe tus viejos te obligan a hacer cosas horribles como ordenar tu ropa y hacer la tarea (si tuviste papás flojitos que te trataban como una reina por la culpa que les daba haberse divorciado). En algunos casos hemos compartido habitación con cierta gente con costumbres horrendas como ver fútbol a toda hora y no hacer ni el más mínimo esfuerzo por controlar esfínteres (llamados hermanos). Tus padres se enteran a qué hora salís, con que ropa, con quien, a qué hora volves, en que estado volves, que comes, cuando cagas, cuanto gastas en ropa, absolutamente todo. No te dejan ser un estúpido adolescente en paz haciendo una boludez atrás de otra. Y si saliendo de eso te metes a convivir con oootra persona, con sus propias costumbres y todo eso, es como que en ningún momento pudiste ser vos en tu casa, con tus reglas, tus horarios, tus programas en la tele, tus platos sucios, tu ropa tirada y tu heladera vacía.
No quiero decir que en pareja no podes ser vos mismo, sino que siempre que algo es compartido, es consensuado. Y para mi CEDER, ACEPTAR y TOLERAR son sinónimos de TREMENDO GRANO EN EL ORTO.
Tenes que lidiar con gustos diferentes que van desde si comer los fideos al dente o pasados, hasta levantarse apenas suena el despertador o snoozearlo durante 1 hora. Tenes que organizar la división de tareas, y no te queda otra que aceptar si el otro lava la ropa roja con la blanca (posteriormente rosa), o simplemente hacer todo vos si sos obse de que las cosas sean como a vos te gustan. El ejemplo de la ropa ya se que no aplica porque está totalmente mal desteñir la ropa, pero no se me ocurrió otro.
Y no es que yo sea de esas obse, ejm ejem, pero el queso se corta con el cortaqueso, querido, largá ese cuchillo de cortar kiwis y agarrá el utensilio correcto por favor.
En mi caso creo que somos bastante parecidos en lo obse/caprichoso, y nos encontramos peleando por pavadas tales como cuántos watts tiene que tener la lamparita del living o en qué número tiene que estar la tostadora para hacer la tostada perfecta. Superé la tabla levantada, pero JAMAS voy a superar que el jabón esté lleno de pelos. Es el limite más lejos de aceptación y tolerancia que puedo permitirme.
Tengo una pareja amiga que estuvo al borde de la separación justamente por este temita. Ah, re exagerada. Resulta que ella le pedía que le saque los pelos al jabón. Él parecía no verlos (o en idioma minita "se caga en mi, es un forro de mierda"). Ella compró dos jabones, para que cada uno use el suyo. Aplauso para esa ideota. Pero él dejó llenos de pelos los dos malditos jabones. Eso, es una batalla perdida, querida amiga. Te sugeriría que la dejes ir y te enfoques en ganar la batalla de mantener la puerta del placard cerrada. Que carece totalmente de sentido, pero te tengo que bancar porque yo estoy en la lucha de usar únicamente el cortaqueso para cortar queso, que es otra boludez.
Tengo otra pareja de amigos que no pelearon por esto porque ella es realmente muy relajada, pero yo no lo supero. Resulta que él pierde un juego de llaves cada 10 días. Y no exagero. Y una vez volvió a las 4 de la mañana sin llaves y el timbre no andaba y no tenía batería en el celu para llamarla, entonces le tiró piedras en la ventana hasta que se despertó. Sabes el cagazo que me puedo llegar a pegar si estoy durmiendo placenteramente con mi bebé y me apedrean la ventana a las 4 am? Suficiente para no bajarte a abrir y dejarte durmiendo en el auto. Admiro profundamente a la mujer que toleró eso y acepta que su marido pierda tanto las llaves. Yo no puedo ni aceptar que no tenga cargada la sube y use la mía.
Cuando empezas a conocer a alguien y viven separados mantienen cierto misterio (y dignidad) por esas cosas de la vida cotidiana que aún no sabes como maneja el otro. Me quise hacer la fina y misteriosa pero estoy hablando específicamente de caca. Viviendo separados todo es privacidad. Viviendo juntos podes cronometrar cada cuánto se tira un pedo y sugerirle que vea a un médico porque ese olor no es normal. Y él se entera inevitablemente de cuántos días llevas constipada, y de la sinfónica cagadera de fernet que tenes el domingo a la mañana. Y así, entre pedos y gotas de pis al rededor del inodoro, se va perdiendo toooodo el erotismo. Y realmente es un trabajo de tiempo completo aprender a convivir. Debería ser remunerado específicamente por los padres que criaron hijas caprichosas y mambeadas. No quiero entrar en un terreno pantanoso, pero los padres tendrían que prepararte mentalmente para todo esto de alguna manera. No se, un cuadro de doble entrada, una pancarta en la puerta, un meme, ALGO. Yo creía que convivir era divino (y más barato que bancar dos casas para dormir juntos todas las noches), pero me es realmente difícil.
Al tener padres separados siempre tuve dos casas. Lo cual era una hermosa salida fácil cuando no me bancaba algo en alguna de ellas. Ahora no tengo escapatoria. Tengo que aprender a amoldarme a los tiempos del otro, despertarme de noche para intentar recuperar algo de acolchado y bajar el aire, ver series de tiros y piñas y sangre y atracos, compartir el amor de mis gatos (celos nivel mil), bajar el volumen de la música cada 30 segundos, mover a su lado de la cama los toallones mojados hechos un bollo que casualmente siempre deja de mi lado de la cama, e ir a terapia para intentar no asesinar a nadie mientras trato de aprendo a ceder, aceptar y tolerar.

PD: se me ocurrió el ejemplo que faltaba arriba. Aceptar si el otro pone a lavar sus medias hechas un bollito una adentro de otra. No se les va el olor a pata así, papu.


14.4.18

spoiler alert: la adultez es una trampa

Me siento totalmente estafada. Tengo 30, y nada se está poniendo mejor. Lo único que mejora con el tiempo es el vino. Y el compost. Y mi mamá 😝.
No se porqué cuando era chica siempre decía que quería tener 30. Supongo que disfruté la niñez (no tengo idea, la cerveza borró todos mis recuerdos), pero no veía la hora de ser grande. Quizás porque los adultos solemos decirle a los niños que ya van a entender cuando sean grandes, que van a poder hacer lo que quieran (en mi caso tatuajes, aritos, colores de pelo no convencionales y fumar). Y no se, me manijearon a full. Hace 30 años que espero tener 30 para que mis caprichos ya no sean caprichos sino mi propia forma de vida. Y me gusta, no es que no. Pero tiene unas letras chicas que nadie reveló:

  • Ya no podes comer y beber sin que eso repercuta TERRIBLEMENTE en tu papada, culo, panza, brazos, cutis, y partes del cuerpo que si quiera sabías que engordaban tanto. Si queres bajar 2 kilos tenes que comer lechuga 3 semanas, si queres engordar 2 kilos solo tenes que probar una cucharada de helado de Rapanui.
  • Cualquier enfermedad/dolor te deja re tirado el doble de tiempo que a los veinti. El ibuprofeno 200 es para flojitos, mandate 600 si pretendes salir de la cama.
  • Es realmente muy difícil acordarse (y tener plata? pfff) de pagar toooodo en tiempo y forma. Un besito para pagomiscuentas que le saca el 50% de la paja al asunto.
  • Mantener la heladera y alacena llena, o al menos con lo que queres/necesitas. Hay que stockearse de cosas que hace unos años no sabía que existían. Chau ropita nueva, hola artículos de limpieza.
  • Tenes que entender de todo, aunque sea un poquito. Impuestos, electricidad, cocina, nutrición, especular con el dolar, marcas convenientes de artículos de limpieza, auto. Y no entremos en el tenebrosamente difícil mundo de los hijos.
  • Convivir. Está en el top 3 de las cosas más complicadas que me tocó vivir. Pero será otro capítulo, porque hay mucha tela por cortar.
Siento que a medida que pasan las etapas de la vida, todo se pone más difícil, doloroso, caro y rutinario. Y no decido si lamentarme por la juventud que ya no tengo, quejarme de ser adulta, o asustarme por todo lo que aún me falta.