Me choca la gente que cree que por hablar de algo eso va a suceder. El famoso y tan temido llamar a la desgracia. Pero la verdad es que la desgracia está a la vuelta de la esquina, y siempre sucede por algo. Las cosas chotas pasan, es inevitable, y no debería estar tan mal visto hablar de ellas, o hablar de cómo sería si ellas sucedieran, y muchos menos hacer chistes. Si sucedieran cosas solo por pensarlas o decirlas yo sería millonaria, flaca y sin mambitos en la cabeza.
No me refiero necesariamente a cosas heavy metal tipo cancer. Digo más bien boludeces como lo que me pasó el otro día.
Domingo a la noche, llovía. Cenamos con los primos y tíos de mi novio. Estábamos con el auto nueviiito nuevito, todavía me daba cosita manejarlo pero como él había estado tomando birra tomé las riendas del asunto. Awantiaaa.
La cosa es que llovía y yo quería dejar el auto en la calle para no mojarme. Más precisamente en la mismísima puerta de casa, porque para eso están los autos: para pura comodidad. Él quería dejarlo en la cochera que estamos alquilando, más conocida como la cueva del infierno con mil columnas. No saben lo que es estacionar en ese lugar. Depende a quien le preguntes. Para mí estacionar ahí es una tortura. Es peor que tener muchas ganas de cagar apenas te pintaste las uñas. Si le preguntas a él, es medio chica, si, pero como voy a dejar un auto nuevo en la calle. PATRAÑAS.
No logré convencerlo de dejarlo en la puerta de casa así que fui a la cochera.
Déjenme hacerles una pequeña descripción de la cueva así se la pueden imaginar.
Queda sobre una avenida transitada, pasan bondis y siempre hay autos. Y tiene un ancho de mierda, para un auto es grande, pero para dos autos a mi medio que se me frunce. Y entrar a una cochera sobre una calle transitada podría ser más fácil si el ancho del portón fuera aunque sea un poquito más grande que el ancho exacto del auto. Y es rampa para abajo. Tiene dos pisos. El primero ya lo dimos de baja porque el auto no pasa entre las columnas literalmente. Y en el piso de abajo es todo medio un descontrol, y la gente tira el auto donde puede. La otra vez lo habíamos dejado en un lugar cómodo para salir, y no de los más angostos, re bien. Resulta que había una tremenda SW4 adelante. O sea, era una pared al costado de la rampa. Los autos (5) a 90° de la pared, y la camioneta paralela a la pared. O sea, literalmente atrapados. Decí que a mi novio se le ocurrió ver si no estaba el freno de mano puesto y la movió, dejándola que estorbe a los otros 3 autos. Malisimo.
Bueno, volviendo al tema que nos trajo por aquí. Bajé hasta el segundo piso, ya llena de ideas horribles sobre esa cueva y todo lo que podía pasar en esta odisea de buscar lugar una noche de lluvia. Lógicamente no había lugares cómodos. Lógicamente la SW4 estaba a 90° tapando a todos. Maniobré y chivé media hora solo para lograr volver a subir. Y después maniobré y chivé media hora intentando seguir las indicaciones de mi novio para meterlo en un minilugar del primer piso, pero desistí. Pelea mediante me fui de nuevo a casa a querer dejarlo en la puerta. De nuevo la pelea boluda de ver quien la tiene más larga y decide donde dejar el auto. No había lugar y mi novio se quiso ir a intentar estacionarlo él en la cochera. Todo a los gritos y abajo de la lluvia, obvio. Porque si va a haber drama tiene que parecer de Pol-ka. Yo ya estaba encaprichada y me quedé en casa. Los 15 minutos que tardó en volver a casa solo pude pensar en que era obvio que lo iba a chocar. Que hace re poco que tenemos el auto y todavía no estamos cancheros con lo grande que es. Que estábamos acostumbrados a la alarmita del sensor de estacionamiento del auto anterior y este no lo tiene. Que el único lugar disponible era muy muy pequeño e incómodo. Que además ya se había ido histérico peleando. Y efectivamente sucedió. Pero saben de quién es la culpa, no? Mía, pues claro, porque yo llamé a la putísima desgracia. Wow, cuanto poder tengo!
1 comentario:
Siempre me gusto como escribis. Me alegra te hayas motivado para continuar haciendolo.
Debes ser una loca copada.
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