27.7.11

Plomero de mi vida, el gran final. Un final de mierda.

No me salió ni una palabra. Ni del clima pude hablar. Nada. Cuando llegamos a la puerta me preguntó si sabía donde quedaba una dirección, que era la próxima casa donde tenía que ir. Se puso muy contento cuando le dije que era a tan solo 3 cuadras de casa. Se puso contento porque tenía que ir caminando. Me di cuenta de que estaba contento porque me respondió "Buenísimo, estoy contento". Mentira, me contestó "Buenísimo, ya se como volver para invitarte a salir". 
Loco, desde cuando eso puede no ser verdad? me dijo claramente que volvía para invitarme a salir. Es un compromiso. Me quedé sonriendo en casa, lavé todos los platos que tenía acumulados, ordené, hice la cama. Ya no sabía qué hacer. Me pareció prudente que tardara, estaba trabajando. Capaz había tenido alguna complicación. O capaz estaba tratando de huir de la dueña de la casa que seguro le tiraba onda y él solo podía pensar en mí. Era más que evidente. Entonces decidí relajarme mientras esperaba. Abrí la ducha, puse el tapón y unas sales que me regaló una amiga cuando me mudé. Puse todos los temas de Jack Johnson en Grooveshark y me entregué al placer. 
En eso estaba cuando sonó el timbre. Estaba con el agua hasta el cuello, llena de espuma y cantando. Me sentía Julia en esta escena. Solo que sin esa bocota, esos rulos y bueno, no me voy a poner a ennumerar las diferencias con Julia porque sigo sensible. Pero estaba así: era viernes, no había ido al trabajo, entraba el sol por la ventanita del baño. Relajada. No podía pedir nada más. Pero como soy mujer, pedía.
¿Dónde está este pibe? ¿Se habrá perdido? Na, no puede ser tan boludo, eran 3 cuadras, derechito. Bueno, capaz se perdió. O capaz se retrasó. Por ahí en la otra casa tenían un problema más grave que el mío. O tenían más papeles que llenar. O capaz justo le empezó a doler mucho la pelvis y lo tuvieron que operar de apendicitis de urgencia. O capaz era mentira que me quería invitar a salir. Si, obvio, era mentira...
RIIIINNNNGGGGG
Ay, ay, ay, me muero. No era mentira. Me muero. Me muero. Nunca creí que iba a volver. Bueno, salgo del agua. Le digo que me banque 5. Me pongo las medias violetas que no tienen agujeros y el conjuntito de encaje negro. Aunque no creo que se entere qué ropa interior tengo puesta. Pero una nunca sabe. ¿Qué hago? ¿Le digo que espere 5 minutos? ¿10? ¿Y si no atiendo y después llamo a Ariston y pido otro service? Ay no, capaz no viene él. Bueno, pero si pido por Fernando no me van a decir que no. Bueno, bajo.
Corrí. Mojé el baño, mi cuarto, la escalera, el living y el portero eléctrico. Adivinen quién era.
Exácto, equivocado. Era mentira.


3 comentarios:

Ella Unread dijo...

Es gracioso, sí, pero también es deprimente :( Esto pasó en serio??? Es un embole cuando alguien dice que va a llamar y no llama, yo por eso ahora hago lo mismo u.u no, mentira, yo si digo que voy, voy :(

La Rubia Tarada dijo...

Jajaja qué buena historia!! Me encantó tu blog! te sigo ^^ Besitos!

una dijo...

Ése es el momento de vengarse con el idiota equivocado. Equivocado, porque no fue el que dijo que iba a pasar y no pasó, y equivocado porque era equivocado. De alguien hay que vengarse.