1.2.11

"La gente que te cruzas viajando es re copada"

Minga!
Tronchatoro pareció simpática cuando llegamos. Nos acompañó a nuestra habitación, nos mostró los baños y nos dejó que nos acomodáramos y nos cambiáramos antes de bajar a hacer el famoso check-in. Nos tomamos todo nuestro tiempo y bajamos con la idea de ya salir a comprar los pasajes para irnos cuanto antes a Cafayate. Tronchatoro nos explicó que la terminal nueva estaba a 12 cuadras caminando derecho por la esquina del hostel y que de camino teníamos un Carrefour para comprar algo para cenar. Resultó ser que eran bastantes más de 12 cuadras, que por ser domingo no había ni uuun kiosco, que la zona era bastante fulera y como frutilla de la torta, la boletería del Aconquija (empresa a la que realmente odio) estaba cerrada. Además de que el Carrefour nuncá apareció. Cuando volvimos nos bañamos y nos pusimos a cocinar. Ya se puso densa la cuestión, cuando Tronchatoro pretendió que todos y cada uno de los elementos para cocinar se lo pidiéramos a ella. Aunque estuviera arriba de la mesada, había que pedírselo. Esa noche comimos algo como salchicas con jardinera algunas y fideos con manteca otras. Alta producción nos mandamos. Y mientras estábamos devorando cual boas luego de 6 meses de hibernación, apareció una sombra. Una sombra bastante grande que se acercó hasta transformarse, en cuerpo y alma, en Tronchatoro.

No nos dijo ni buen provecho, ni sonrió, ni nada que indique amabilidad. Directamente nos largó un "Qué fue lo primero que les dije cuando llegaron? que no dejaran el ventilador prendido y que no colgaran toallones mojados en los muebles de madera. Y qué hicieron? dejar prendido el ventilador y los toallones en las camas". Ehhhh, no. Nunca nos dijo eso. Le dijimos que se estaba confundiendo, que nos disculpara, que no sabiamos. Pero insistió en que firmamos un papel de conformidad con el reglamento y que en el reglamento estaba muy clarito el item que explicaba este tema. Ahí tenía razón, firmamos un papel que decía "Acepto el reglamento". Pero no es como cuando tenes que tildar el acepto términos y condiciones pero al menos podes abrir los términos y condiciones para ver de que se tratan. Acá solo decía eso y nosotras firmamos porque era una fichita con nuestros datos. Le dijimos que era cualquiera, que el reglamento no estaba ahí y nos explicó que estaba atrás de la puerta de la habitación. O sea que tendríamos que haber completado la fichita con nuestros datos y antes de firmar, subir a la habitación, leer el reglamento y firmar sólo si estabamos conformes. Yo no hubiera firmado porque si no puedo colgar el toallon en el borde de la cama no se me iba a secar para hacer la mochila e irnos a la mañana siguiente. O tal vez no me hubiera bañado, pero ese es otro tema. Dejamos de comer y subimos a apagar el ventilador y descolgar los toallones para que no se pusiera áspera Tronchatoro. Y no me enojé hasta que, después de ver que ya se había encargado ella de sacar los toallones de la cama y tirarlos al piso, bajé y mi comida se había enfriado. Ya de por sí era una comida bastante poco motivadora como para encima tener que comerla fría por culpa de esa mina. Pero me la comí. En todos los sentidos.
A la mañana siguiente desayunamos y le preguntamos si había algún colectivo que nos llevara a la terminal, porque, primero que no eran 12 cuadritas, y segundo que ibamos con las mochilas y hacía un calor infernal y estabamos apuradas porque necesitabamos conseguir pasajes para huír de ese lugar. No se porque doy tantas explicaciones, queríamos ir en bondi y punto. Tronchatoro (con esa cara de orto, pero sin darnos razones explícitas de lo mala onda que era) nos dijo que por la esquina pasaba el 7 y que nos dejaba enfrente de la terminal. Y adivinen qué? El 7 es lo que le voy a romper a patadas si la vuelvo a ver.

2 comentarios:

asiqueque dijo...

che al final me rei pero tronchatoro me da alto cagazo

Anónimo dijo...

hubieran dejado el gas abierto