Previously on muchacity: me pasé la noche en la puerta de una casa mirando artesanías horribles y charlando con un brasilero que era muy tierno y decía haber llegado de Brasil en bicicleta. Yo, enamorada.
Le pasé mi número y al día siguiente me llamó para vernos. Me llamó de un teléfono público porque no tenía ni celular ni teléfono de línea. Me dijo que quería verme y como yo no tenía nada mejor que hacer porque era sábado, le dije que sí. Pero la situación fue bastante incomoda desde un comienzo. El pibe era super meloso, no le entendía un carajo lo que hablaba pero me propuso, con seriedad, irnos a Brasil a conocer a su familia. En bicicleta. Quienes me conocen, saben que yo no voy en bicicleta ni a los bosques de palermo. De hecho no tengo bicicleta. Pero si el chabon se lo estaba tomando serio (y les aseguro que así era), cómo le iba a explicar que era una tremenda pelotudez y que ni aunque fuera (inserte aquí el nombre de un ciclista) iría. O sea, me conoció 12 hs antes, qué le hizo pensar que iba a aceptar eso? Él había planificado todo: íbamos a vivir en el medio de la selva, comer pulpa de frutas que ibamos a recolectar en el Amazonas. Entienden? quería que nos fueramos a vivir al medio de la selva. Yo, que se me para una vaquita de san antonio en el dedo y lloro y vomito, en la selva. Comiendo frutas. No vio mi cara de adicta a la comida chatarra?. No me podía tomar en serio a esa persona, pero estaba ahí, a solas con él proponiéndome eso. Para ese momento ya tenía muy claro que lo único que quería era huir de ese ser extraño. Pero ¿cómo?. No quería romperle el corazón. Digamos, me chupaba un huevo su corazón, no me animaba a decirle lo que realmente pensaba porque soy cagona. Por suerte, siempre tengo un as bajo la manga...
Continuará...
1 comentario:
JAJAJAJAJA!! me mueroooo por saber masss!! jajajajaa! Buenísimo el relato xD
muackss
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