Resulta que anoche tuve un sueño muy real. Como cuando deseas tanto en algo que lo soñas para y estás feliz de saber que se siente que se vuelva realidad aunque sea solo por unos pocos minutos y probablemente al otro día no te lo acuerdes.
Pero este sueño yo me lo acuerdo todo. Y estoy empezando a sospechar que tengo una obsesión. No se preocupen, no es un hombre imposible ni es un futuro lejano. Estoy obsesionada con un lugar. Un lugar que no conozco pero que necesito conocer para seguir amandolo o para darme cuenta de que era una mierda y arrepentirme de perder tanto tiempo pensando en eso. Ese lugar que tanto anhelo conocer es Lobos. Sí, chicas. Estoy terriblemente enamorada de Lobos y no tengo ni idea porqué. Por eso les propuse esa salida de domingo, aunque me gustaría más que fuera de fin de semana entero o mejor aún, semana santa. Pero son tantas mis ganas que no puedo esperar hasta esa fecha o hasta encontrar un finde que podamos varias.
La cuestión es que si ayer tenía ganas de ir, hoy al despertarme empecé a desesperar. En el sueño yo iba sola a Lobos, y la cuestión es que cuando llegaba iba a un negocio donde vendían cosas que no entendían para qué servían, y sin embargo me quería comprar una cosita que eran dos elefantitos enganchados por la cola que eran caladitos y huecos adentro. Les salía humito y tenían una cadenita para agarrarlos. Yo supuse que servía para "limpiar el ambiente" como en las películas. Así que me lo quise comprar. Pero cuando aparecieron los precios en las cosas (porque aparecieron por arte de mágia) noté que salía 100 pe. Yo realmente me lo quería comprar (así como ahora realmente quiero ir a Lobos) pero solo tenía 100 pe en el bolsillo y no podía gastarlos porque supuestamente tenía que volver en micro a casa. En eso llega una señora que me dice que en el trabajo, así como a mi papá le dan tickets de super, nafta y comida, a ella le daban un descuento para comprar cosas en ese negocio (?). Muy copada la mina, me regaló su 40% de descuento para que yo pudiera pagar 60 pe los elefantitos y usan los otros 40 en viajar, comer, etc.
La cosa es que cuando estaba esperando para pedirlo y pagar aparecen ustedes. Y yo me tranquilizo porque ahora tenía a quien pedirle plata. Aunque ya no la necesitaba porque los elefantitos fueron vendidos a otra persona. Así que salimos de ese negocio extraño y nos sentamos en el cordon de una vereda pero quién sabe porqué justo abajo nuestro había una alcantarilla. Pero como Lobos es hermoso y super limpio, no había drama. ¿Qué digo?, no solo no había drama sino que mirando para adentro de la alcantarilla me encontré un monton de libros re grandes y cuidados. Y no libros de autoayuda, o esa poronga. Eran libros de Cortazar como Bestiario que tenía una tapa toda negra de una editorial d la policía (como el diccionario que tengo yo) y yo estaba chocha de encontrarme los libros y llevarmelos a casa. Así que fuimos a recorrer un poco el lugar y veía de nuevo el paisaje que yo sabía que ya había visto (porque tuve como un deja vu). Tengo todavía la imágen de la calle por donde iba y lo que veía a los costados que eran semi canchas de tenis triangulares (no me pregunten porqué).
Ahí me desperté. Aunque estoy segura de que pasaba algo más en el medio pero no lo recuerdo.
En fin, como dejé el psicologo, quería contarselo a alguien para no sentir que me estoy volviendo loca en silencio. Por lo menos yo les avisé de mi obsesión.
1 comentario:
jaja no lo lei porq ya me lo leiste
nose como te acordas tan detalladamente de los sueños no lo entiendo
nose tb q onda lobos y tu obsesion jaja peor bueno sera para cdo estes mas entrenada para ir en ruta
besooos
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