Que gracioso. En el 2014 literalmente me enamoré más veces de las que cambié las sábanas de la cama. Hubo un fin de semana largo, de 4 días, que salí con 6 pibes, y con uno repetí. Muy inocentemente, tengo que decir que lo que más me gusta de conocerlos, es cuando todavía no los conozco. Cuando me enamoro por chat. Cuando todavía no se que que es muy bajito, o que se separó hace 3 días y habla todo el tiempo de la ex. Cuando te quieren coger, entonces son re copados.
Los últimos 12 meses descarté pibes por tener cara de nerd, tomar merca, ser poco masculino, solo querer coger, no querer coger, no tomar cerveza, ser demasiado peludo, ser demasiado pelotudo, tener pito feo, corto, doblado, rojo, raro, hablar mucho, hablar poco, tener nombre polémico, hacerse el interesante, vivir lejos, etc. Pero el pibe mejor descartado, fue uno que se enamoró de mi en 48 hs.
Las 48 hs que me llevó sacarlo de mi casa.
Empezó como todos: pegamos onda en una charlita un viernes y quedamos en salir el sábado.
Nos encontramos a las 9 de la noche en un bar por Caballito. "Siempre que vengo acá, arranco con una pinta de cerveza con vodka", me dijo, y me enamoró. Después de esa, vino otra. Y otra. Y después la mesera nos recomedó que probemos la que viene con ginebra.
Obviamente, recuerdo pocas cosas de esa noche. Sé que ambos lloramos. Sé que bebimos demasiado. Y sé que nos fuimos a mi casa.
Al día siguiente había quedado con una amiga en juntarnos a la tarde a tomar birra como todos los domingos.
- Che, yo me tengo que ir a lo de una amiga
- Eso significa que me tengo que ir?
- Estem, no, si queres vení
- Bueno.
Maldición. Hasta ahí me parecía un poco copado que se prenda en todo. Compramos una ginebra y nos fuimos a lo de mi amiga. Me preguntó cómo ir de mi casa al trabajo. Ahí descifré, con mi super capacidad de deducción, que se quería quedar a dormir en casa. Primero, le pregunté su apellido. Después, le pregunté si no prefería irse a su casa a bañarse y cambiarse, porque seguía igual vestido que el sábado a la noche, y por mi ducha no pasó. Llegué a dudar que fuera un homeless. Nos terminamos acostando como a las 4 de la mañana. Yo no estaba trabajando así que no me tenía que levantar, y él intentó varias veces faltar al trabajo y seguir durmiendo, pero ese fue mi límite. Y el límite de nuestra primera cita.
A los dos días se invitó a dormir a mi casa, después de un partido de fútbol. O sea, salió de jugar, vino a mi casa, se bañó, yo lo esperé con la cena, y creo que ahí dio por hecho que ya estábamos casados.
Ya sé lo que deben estar pensando, que soy una boluda, que yo me presto a estas cosas y blablabla. Callense.
El día 5, a menos de una semana de saber de su existencia, tuvimos nuestra primera discusión. <3 p="">Le dije que la dejemos ahí, me pidió que nos vieramos, No se decir que no, quedamos en ir el sábado a una fiesta. Imagínense las ganas que tenía de ir, que invité a un amigo a cenar con nosotros y después salir.
Acá viene lo mejor: en la fiesta me agarro un ataque de pánico, me fui a sentar afuera y le dije que quería irme a dormir sola a mi casa. Adivinen que me respondió! "Pero cualquiera... si tu cama es re grande... ni te enteras que hay alguien durmiendo al lado".
La remató al día siguiente con un mensaje que decía "Todo bien con tus ataques, pero me pareció cualquiera lo que hiciste. Nos vemos en Disney".
Me limité a responderle "Dale, beso". Pero qué ingenua fui al pensar que eso iba a terminar ahí!!!
Las siguientes dos semanas me siguió hablando e insistiendo para verme. Que él no era así, que perdón, que le de otra oportunidad, que no se cuanta mierda más.
Al día siguiente en su Facebook: "En una relación con... otra". OK.
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